La corona liguera vuelve a ser quesera. Fueron 80 minutos a todo o nada en Pepe Rojo que el VRAC supo jugar sin perder su identidad y llevando la iniciativa del juego en todo momento. No hubo ensayos, pero sí buen rugby por parte del Entrepinares, que al igual que en semifinales demostró tener muy trabajado el partido y el control casi total de las diferentes situaciones que se produjeron durante el mismo.
El inició arrollador señaló el camino al título. El VRAC encerró, literalmente, al Silverstorm El Salvador en su campo. Sin darle opciones. Sin dejarle respirar. Demostrando que, en el juego a la mano y en el ritmo, no había rival en esta División de Honor 2016/2017 para el equipo dirigido por Diego Merino, que volvió a sumar un cetro más a su imponente palmarés personal.
Pese a que Gareth Griffiths no pudo transformar el primer castigo que se le presentó al Entrepinares, sí lo hizo en el segundo, alcanzado el minuto 10. Entremedias, varias opciones de marca que se malograron muy cerca sobre la línea decisiva, lastrando los méritos que el VRAC hacía para abrir distancias en un marcador que no se rompió hasta cerca del pitido final, con su consecuente riesgo para el equipo que mandaba en el juego.
De hecho, El Salvador estuvo muy cerca de remontar provisionalmente tras una jugada en el sector derecho de su ataque. Fue uno de los pocos acercamientos del primer tiempo por parte de los chamizos, maniatados por los azulones. En las estáticas, especialmente en las melés, el poder era quesero pese a las continuas irregularidades sufridas. Por arriba, en las touches, había más igualdad. Cerca de la media hora de partido, Graaff puso las tablas con una acertada patada y el encuentro siguió por los mismos derroteros, buscando el VRAC un ensayo que premiase su buena primera parte. Se tuvo que conformar con una nueva transformación que dejaba una ligera ventaja en el intermedio (3-6).
Tras el descanso se vio más de lo mismo. Se trataba de un momento clave, pues el comienzo de las segundas partes había sido una debilidad durante todo el curso para el Quesos. Sin embargo, la final fue una excepción y el VRAC siguió cumpliendo con su trabajo y su buen hacer pese a la impotencia de ver que el marcador no había justicia. Hubo cinco minutos de sufrimiento, los único en los que El Salvador intimidó y pisó con solvencia la veintidós quesera. El VRAC apagó el fuego y todo volvió a la normalidad.
Griffiths pasó otro castigo y abrió una pequeña brecha de seis puntos. Dados los antecendentes, era temerario llegar así a los minutos definitivos. De ahí que el Entrepinares siguiese insistiendo para demarrar y cerrar la final. Pareció un espejismo el 3-12, también fruto de una transformación, pero a la siguiente jugada Graaff colocaba el 6-12 que dejaba la final a un ensayo transformado para la victoria rival. Lejos de ponerse nervioso o echarse atrás, el VRAC siguió a lo suyo acertadamente. Así logró el 6-15 definitivo ante la inoperancia blanquinegra y la frescura y euforia del VRAC Quesos Entrepinares, que recuperó el trono perdido un año atrás despidiendo una temporada de mejores sensaciones que resultados, pero con un balance de dos títulos en dos finales, Supercopa y Liga, y el poder del rugby vallisoletano y español recuperado.
Ficha técnica:
6 – SilverStorm El Salvador: Gabi Fernández, Marrón, Wozniak, Sánchez, Walker-Fitton, Foulds, Núñez, Mamea, Ramos, Graaf, Sánchez de la Rosa, Pearce, Blanco, Díaz y Mastriet. También jugaron Serrano, Smith, De la Llana, González Altés, Mata
15 – VRAC Quesos Entrepinares: Pita, Miejimolle, Allen, Gavidi, Ferdinand, Basso, Axtens, Paila, Gil, Álvaro Fernández, Mateu, Griffiths, Alejandro Alonso, Castiglioni, Wessel-Bell. También jugaron Alberto Blanco, Mailei, Abril, Sthor, Espeso, Gutiérrez y Muller
Marcador: 0-3 (min.10), golpe de castigo que pasa Griffiths. 3-3 (m.28), golpe de castigo que pasa Graaf. 3-6 (m.42), golpe de castigo que pasa Griffiths. 3-9 (m.46), golpe de castigo que pasa Griffiths. 3-12 (m.61), golpe de castigo que pasa Griffiths. 6-12 (m.62), golpe de castigo que pasa Graaf. 6-15 (m.68), golpe de castigo que pasa Griffiths
Árbitro: Íñigo Atorrasagasti (Comité vasco). Mostró cartulina amarilla a Gavidi (m.75)
Incidencias: Partido correspondiente a la final de la División de Honor de rugby, disputado en los campos de Pepe Rojo ante unos 5.000 espectadores.