Con la discreción que siempre le ha caracterizado pese a ser una de la estrellas de la época dorada del VRAC y uno de los jugadores más relevantes en la última década en el rugby español, Gareth Griffiths ha pasado del césped al banquillo en una transición más dolorosa de lo uno se pueda imaginar. Nunca es agradable para un deportista que sean los dolores y las molestias constantes las que impidan continuar con la práctica profesional. Gas lo intentó hasta el final, pero el coronavirus frenó sus aspiraciones de una última intentona que nunca llegó. Se despidió del rugby, sin saberlo, un 6 de octubre de 2019. El domingo se estrenará, con mucha ilusión, como miembro del cuerpo técnico del VRAC Quesos Entrepinares.
¿Cómo afronta Gareth Griffiths esta nueva etapa como entrenador?
Muy bien, supone una nueva experiencia para mí y eso siempre es ilusionante. El año pasado ya trabajé con los Sub 18. Obviamente hay mucha diferencia de ser jugador a ser entrenador, pero al fin y al cabo es rugby. Me gusta mucho lo que hago.
Desde el banquillo, ¿se echa de menos esa sensación que se tiene como jugador?
Echo de menos las batallas de los domingos, los grandes partidos…pero en el fondo es rugby. Sí me falta ese sentimiento que hay cinco minutos antes de salir al campo. Esas mariposas en el estómago, pero espero tener algo similar como entrenador, aunque no ha llegado todavía la ocasión.
Esos nervios no los veíamos cuando nos jugábamos títulos con una última patada con el tiempo cumplido y la responsabilidad en tu pierna…
La verdad es que eran solo al principio, siempre he sido un jugador muy tranquilo.
De esos puntapiés decisivos, ¿cuál no olvidas?
Una final de Liga contra la Santboiana. Hubo un ensayo de Perico en la última jugada, pero seguíamos perdiendo…anoté la transformación y nos pusimos por delante, pero nada más sacar mi amigo Adam hizo un castigo. Por suerte fallaron.
Disputaste tu último partido sin saber que no habría más, ¿te da rabia que haya sido por las lesiones?
A todos nos gustaría dejarlo cuando queremos y no por una lesión, pero es un deporte de mucho contacto y toca aceptarlo. Es algo que siempre está ahí presente, y sabes que en cualquier momento puede suceder.
A todos nos gustaría dejarlo cuando queremos y no por una lesión, pero es un deporte de mucho contacto y toca aceptarlo.
¿En qué momento te diste cuenta que era imposible seguir?
La temporada del covid trabajé mucho para volver a jugar. Me quedaban dos semanas para regresar, estaba todo hablado, y llegó la pandemia. En esas semanas había subido la intensidad de los entrenamientos, pero los dolores volvieron y entonces me di cuenta que iba a ser muy difícil volver.
Si te preguntamos cuál fue tu último partido, ¿lo recuerdas?
Sí, en Burgos a principios de la temporada 2019/2020. Empezamos perdiendo y remontamos. Recuerdo sentir mucho dolor por el campo artificial.
Pasemos a algo más positivo, ¿el mejor recuerdo que puedas tener como jugador del VRAC?
Son muchos años en el club y hay muchos muy buenos. Incluso alguno que igual no ha sido tan bueno, como la final de Zorrilla de 2016, pero también la última final que jugué contra el Chami y ganamos. Jugamos muy bien y teníamos un gran equipo…también recuerdo un viaje a Mogliano, en Europa, con victoria en su campo en un partido muy bueno y muy especial para la historia del VRAC.
El club ha marcado tu carrera deportiva, pero también tu vida.
Sin duda. Sin el VRAC nada de todo lo bueno que me ha pasado en España hubiese sucedido.
Sin el VRAC nada de todo lo bueno que me ha pasado en España hubiese sucedido.
Hablemos de la nueva temporada, ¿cómo la ves?
Muy difícil por los condicionantes. Muchos partidos, carga para los jugadores con Iberians y Selección. Un reto y con muchas ganas de enfrentarlo.
Has pasado de tener a Diego Merino como entrenador a tenerlo como compañero, ¿hay muchas diferencias?
Merino siempre se ha portado muy bien conmigo. Hablábamos mucho en mi etapa como jugador y seguimos teniendo esa buena relación. Somos dos enamorados del rugby, casi vivimos por esto y creo que hacemos un buen equipo.
¿Es con los aperturas con los que más insistes a la hora de entrenar?
Sí, claro, me gusta trabajar con esas posiciones cosas que no te enseñan de niños, pero también me gusta mucho trabajar con los jóvenes.