exta jornada de la liga madrileña. El VRAC, por fin, jugaba como local en Valladolid. Y lo hacía frente a un Liceo que salía en tromba a por el partido. El Quesos se esforzó durante los primeros compases con una gran defensa que no permitió al Liceo sumar puntos, pero la gran cantidad de golpes de castigo evitaban que los vallisoletanos pudieran atacar y mantener la posesión hasta mediada la primera parte. Fue cuando el VRAC consiguió hilar su primera jugada y sumar el primer ensayo. Poco a poco se hizo dueño y señor del partido consiguiendo otras dos marcas. Cuando los madrileños ya estaban noqueados y solo quedaba poner la puntilla, un despiste antes del descanso permitió el primer ensayo del Liceo.

Tras el descanso, el Quesos se difuminó, cometiendo constantes golpes de castigo e indisciplinas. Eso le costó dos suspensiones temporales por una de los madrileños, que se metieron en el partido consiguiendo tres ensayos en los primeros quince minutos de la segunda parte. El VRAC seguía desaparecido en su espiral de fallos en defensa y castigos que le privaban de la posesión del balón. El Liceo puso la puntilla a falta de dos minutos. A los vallisoletanos solo les quedaba luchar por dos puntos de consolación y volvieron a poner en práctica el juego que había noqueado a los madrile?os para conseguir el ensayo que valdría dos puntos.

Partido con momentos brillantes de un VRAC que cometió demasiados errores ante un gran equipo que tuvo la paciencia y constancia necesaria para aprovechar el bajón del Quesos.