20 años después de su histórica participación en el Mundial de Rugby de 1999, el XV del León que representó a España en Gales se juntó en el Central de la Complutense para recibir un homenaje por lo que fue, hasta la fecha, un hito único en el rugby español. La Federación Española de Rugby eligió el partido frente a Hong Kong en Madrid para llevar a cabo un reconocimiento en el que estuvieron dos exjugadores del VRAC Quesos Entrepinares, Fernando de la Calle «Calle» y Miguel Ángel Frechilla «Mathaus». Todo uno honor para el VRAC haber contado en sus filas con dos mundialistas, algo que dos décadas después sigue siendo inédito.

La experiencia de disputar un Mundial

El homenaje supone para Calle lo que supuso estar con la camiseta de España en el Mundial: «Mucho orgullo», algo que reconoce que «será muy difícil repetir». «El nivel ha subido y el XV del León también, pero la forma de clasificación no lo pone fácil». Calle explica que todo comenzó en 1995, conformando «un grupo que más que una selección parecía un club», con la «unión» como clave para conseguir el éxito final. «Igual no estábamos los mejores, pero sí los más implicados, éramos una piña».

Mathaus ve en el homenaje un reconocimiento a todo lo que el rugby le ha dado en su vida. «Me ha dado muchas cosas tanto en aspectos deportivos como personales. Han sido 16 años jugando a este deporte y una de las que más valoro es la cantidad de amigos que he hecho en el campo y fuera de él. Es también una oportunidad más para agradecer al club, al VRAC, lo mucho que me ha dado. No hubiera llegado nunca a jugar un Mundial si no hubiera recalado en este club«. Además la Selección le supuso «haber tenido la gran suerte de formar parte de la selección nacional me permitió ver el rugby desde otra dimensión en la que tus rivales de hoy pasan a ser tus compañeros de vestuario el fin de semana siguiente». Ver a viejos compañeros tantos años después es muy especial para ambos.

¿Fue una generación única?

Mathaus, como Calle, lo tiene claro: «He sido muy afortunado de la generación de la que fuimos parte. La Selección Española era como un club. Éramos un grupo bastante numeroso de jugadores (no solo los que tuvimos la suerte de acudir al Mundial) que formamos una verdadera piña. Era la época en la que para la gran mayoría de jugadores españoles el rugby aún era amateur».

Fernando de la Calle piensa que con el tiempo se ha valorado más lo conseguido. «En el momento no eres tan consciente de que estás con los mejores del mundo, pero después te paras a pensar y ver contra quién has jugado y es increíble». En el caso de Frechilla, él mismo hubiese disfrutado más el momento de retroceder en el tiempo. «No lo valoré en su justa medida. Lo cierto es que cuanto más tiempo pasa más valoro lo que supuso formar parte de aquella experiencia mundialista y más orgulloso estoy de haber vivido esa experiencia única. Por aquel entonces jugábamos la liga, empezábamos a participar con la Selección Española en competiciones europeas y acabamos subidos en un avión con destino a Escocia. Vivíamos una auténtica burbuja y no fuimos conscientes de estar compartiendo uno de los principales eventos deportivos a nivel mundial con los mejores jugadores del mundo. Claro que cambiaría cosas: ¡Me hubiera aprendido los nombres de todos los jugadores Sudafricanos y Escoceses a los que nos íbamos a enfrentar en aquel Campeonato del Mundo!», bromea.

A nivel personal, Calle reconoce la importancia del VRAC para poder llegar a ser mundialista. «En el club viví el rugby al 100%, nunca habría podido alcanzar ese nivel de juego. Hubiera sido otro jugador. No sé si mejor o peor, pero sí diferente. Todo eso me ha ayudado a llegar a ese momento tan importante». Si pudiese volver atrás, Calle «no cambiaría nada».

¿Te cambia la forma de ver el rugby estar en un Mundial?

Fernando de la Calle opina que sí, sobre todo por ver la forma de entrenar «más profesional, más organizada. El tema físico y de los partidos, que hasta ese momento era muy amateur». Estar allí te permite tener «amplitud de miras» por ver cómo otros hacen las cosas.

Mathaus reconoce que es un cúmulo de cosas lo que te deja huella en la vida. «El Mundial es un evento extraordinario a todos los niveles, no solo deportivo, sino también organizativo, de repercusión mediática, de recursos…durante un mes formamos parte de un elegido grupo de jugadores a nivel mundial que, en la mayoría de sus países, están en la élite y son superestrellas. Nosotros, siendo amateurs, respiramos el profesionalismo: sesiones de entrenamiento, entrevistas, controles antidopaje, la llegada a los estadios repletos gente, el ambiente en las calles…»

El actual XV del León

Preguntados Calle y Mathaus por las opciones de que España vuelva a estar en un Mundial, ambos son positivos, aunque también realistas.  «El sistema de clasificación es muy complicado. Pero también es verdad que ahora tenemos un nivel que te permite ganar a Rusia o Rumanía o pensar en ganar a Georgia. Antes era impensable», opina Calle. «Sí, en esta ocasión fue una auténtica lástima que finalmente no se clasificase, pero estoy seguro de que más pronto que tarde volveremos a ver a nuestra selección en un Mundial», dice Frechilla.

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