A sus 20 años, el jugador del VRAC Quesos Entrepinares, que lleva el rugby en la sangre, ya que es hijo del ex jugador y presidente del club, Álvaro Abril, ha sido llamado por vez primera por el combinado nacional, aunque ya defendió sus colores en categorías inferiores.

Una citación sobre la bocina, dado que debía coger el tren de camino a Madrid dos horas más tarde. Una premura agradable, aunque, en un principio, Abril no se creía la buena nueva. "Pensaba que era una broma", dijo.

Pues no. El segunda línea compartirá entrenamientos, charlas y convivencia con el resto de seleccionados durante los cuatro próximos días. "Estoy muy contento. Creo que lo puedo hacer bien y tengo bastantes ganas. Es un orgullo que se hayan fijado en mi y voy con muchas ganas de aprender y de disfrutar", apuntó Álvaro Abril, quien consideró que el buen momento en el que se encuentra y su confianza en las touch ha podido ser el detonante de la llamada por parte del francés Regis Sonnes.

Sin embargo, el joven jugador estima que son muchas las facetas que debe pulir para seguir creciendo como jugador. "Sobre todo tengo que ser más duro en los contactos defensivos y ofensivos. Coger más kilos y cuerpo, así como mejorar el pase", señaló.

Tiempo al tiempo, puesto que va por el buen camino. Tiene un buen espejo en el que mirarse, su padre, quien le corrige y le alienta a partes iguales después de cada partido. "Se ha puesto muy contento, me ha dado la enhorabuena y me ha dicho que disfrute", relató Álvaro Abril "júnior", que comparte los entrenamientos y los partidos de rugby con sus estudios de Geografía en la Universidad de Valladolid.

La de hoy ha sido una noticia inolvidable que le habrá ayudado a digerir la derrota cosechada ayer por el equipo ante La Vila, la cual deja al VRAC Quesos Entrepinares sin apenas opciones de luchar por el título de Liga. "Fue una pena porque hubo minutos en los que fuimos superiores. La Vila tiene la Liga prácticamente ganada", sentenció.