Las cuantiosas bajas en las filas del líder del campeonato prestaron la posibilidad de debutar y ambos acabaron, después de lo que se sudó para conseguir la victoria en el enfangado campo de Fadura, satisfechos por partida doble.
 
César Pardo, vallisoletano de veinte años que en la pasada campaña jugó en las filas del Complutensel Cisneros y ya había vestido la camisola azulona en los encuentros de pretemporada, se ha mostrado "muy contento" por haber podido jugar su primer partido en División de Honor aunque no ha obviado que notó "la tensión y los nervios" previos a que esto se produjese.

Ha reconocido que a pesar de que el campo estaba pesado evidenció la mayor velocidad de juego que existe en la máxima competición y ha subrayado que no le hizo falta que nadie le motivase antes de saltar al terreno de juego, que ya lo estaba de por si. Asimismo, ha aseverado que está con muchas ganas de seguir mejorando y creciendo como jugador y, de este modo, las oportunidades se repitan en un futuro.

También tuvo su alternativa Stefano Tucconi, un marbellí de ascendencia italiana y 19 años de edad que ha recalado esta temporada en el juvenil dado que ha comenzado la carrera de Telecomunicaciones a Orillas del Pisuerga, donde se ha encontrado con "un frío insufrible, gente muy campechana y una unidad en el equipo difícil de encontrar".

El tercera línea ha aclarado que antes de jugar estaba nervioso, ya que desconocía cuál iba a ser su cometido y qué iba a pasar. "Creo que lo hice bien. Al principio estaba desubicado pero a la tercera jugada ya sabía dónde tenía que situarme. El partido se complicó al final con la lluvia. No se podía ni ver y nos tocó defender. Ellos no se cansaban y era estar continuamente placando y levantándose", ha relatado.

Tucconi, asimismo, ha afirmado que no esperaba un debut tan temprano y que va a seguir ahondando en el esfuerzo continuo, incesante para disfrutar más oportunidades de calzarse la casaca azulona del VRAC Quesos Entrepinares.