Se sabía de antemano que iba a ser realmente difícil puntuar y, pese a ello, el VRAC regresó con un mal sabor de boca de su partido en Zarautz. Las bajas y la fortaleza del rival provocaron que el Quesos B volviese a Valladolid de vacío.

El equipo aguantó durante los primeros minutos, sin un juego brillante pero con un resultado que le daba opciones. Y es que en poco más de 15 minutos al VRAC ya le habían señalado más de 15 golpes de castigo, lo cual no impidió que se mantuviese por delante en el marcador hasta el minuto 20.

El juego mejoró, pero no lo suficiente. Zarautz se impuso en la melé y eso condenó a los de Juan Bedate. A media hora del final ya era imposible ganar y el equipo buscó el bonus. Pero no lo consiguió. Entre otras cosas, porque los queseros acabaron con uno menos el partido debido a las numerosas lesiones.