El VRAC Quesos Entrepinares ganó la Supercopa con una delantera que
suma 118 años. Nakayama, Calle y Mosquito, los jugadores más veteranos
del rugby español

José Nakayama, 40 años. Fernando de la Calle, 40. Ángel de la Calle,
38. Tres viejos roqueros en la primera línea del campeón de la
Supercopa, el VRAC Quesos Entrepinares. Son los Rolling Stones, Led
Zeppelin, Pink Floyd o Iron Maiden del rugby nacional. Son el ejemplo a
seguir por los canteranos. Y parece que tendrán cuerda para rato
(mientras familia y trabajo sean compatibles con su gran pasión).

El
domingo, en Pepe Rojo, Nakayama y Ángel de la Calle, Mosquito, fueron
titulares. En la segunda parte se les unió Fernando. Los tres
contribuyeron desde su posición a sumar el primer título del año para
los queseros, quinto para ellos (aunque Mosquito apunta que en la
primera Copa del Rey, en 1998, él no fue convocado).

Los tres
comenzaron en el colegio Lourdes, jugando a más de un deporte (Fernando
de la Calle, como pivote de balonmano, saboreó las mieles del triunfo
ante el equipo liderado por entonces por Raúl González). Y sólo
Mosquito se decidió por otro que no fuese el rugby, en su caso el judo.
A los 24 años, por temas físicos, empezó a entrenar con su hermano y
sus compañeros, y a las dos semanas entró en su primera convocatoria.

Nakayama,
que nació en abril de 1970, es el más veterano -está casado y tiene un
hijo de 5 años y una hija de año y medio; seguido de Calle, que cumplió
los 40 el 8 de junio -casado y con un niño de casi 5 años-. Mosquito es
el joven, con 38 primaveras -también casado-. 118 a sus espaldas.

Como
datos curiosos quedan que tanto Nakayama como Calle llevan 23
temporadas consecutivas en el primer equipo (20 en División de Honor),
que son los jugadores más veteranos de la Liga y, probablemente, los
más mayores en obtener un título. Aparte de compañeros son amigos.
«Somos una piña. No nos hace falta hablar, con dos palabras en el campo
basta», argumenta el más mayor de los tres.

Aunque lo dicen a
regañadientes, miran la retirada de reojo. Mosquito es el que más claro
lo tiene: «Si no ganamos la Liga, lo dejo». Calle sabe que es la
temporada en la que tiene que tomar una decisión. Mientras que Nakayama
lo hace «no año a año sino mes a mes».

Son gente de club,
dispuesta a no ir convocada, a dirigir junto a Miguelón entrenamientos
o parcelas de los mismos, a jugar un partido completo o 5 minutos… y
tienen en su familia a su principal aval. «Pasas muchas horas
entrenando que les quitas a ellos», reconoce Nakayama.

Son
amigos, coincidieron en el Lourdes y comparten habitación en los
desplazamientos, aunque, bromean, los compañeros de Fernando o se han
retirado o son entrenadores.

Nakayama, Calle y Mosquito son un ejemplo. Pasado, presente y futuro del rugby. 

Manuel Belver (El Dia de Valladolid)

Comunicación VRAC