En primer lugar, los prebenjamines presentaron dos equipos. El estado del terreno de juego complicó el desarrollo del juego quesero, pero ganó todos los partidos sin mucha dificultad a equipos como XV de Hortaleza, La Calzada, CRC B, Vigo y Oviedo. Acabaron primeros de grupo y jugaron la final contra El Salvador, un equipo mucho mas grande que el quesero. A pesar de la gran voluntad que pusieron acabaron perdiendo por 20-0.
El equipo B formado por jugadores mas novatos e incluso más de un debutante y algún jabato, perdió todos sus partidos por un escaso margen (salvo contra El Salvador) pero derrochando ganas y esfuerzo, que se vieron recompensados en el ultimo partido. Lucharon por evitar la "cuchara de madera" y derrotaron a los bravos jugadores de Vigo, acabando con un buen sabor de boca.
Por su parte, los benjamines B, hubieron de conformarse con el tercer puesto en la Copa de Oro, por detrás de Canoe y El Salvador, mientras que el primer equipo de esta categoría se proclamó vencedor de la Copa de Plata.
En alevines la suerte fue peor, dado que el VRAC Quesos Entrepinares no consiguió colar a su representante en la Copa de Oro y hubo de conformarse con el segundo puesto de la Copa de Plata que se adjudicó El Salvador.
Por último, La sección sub-16 (infantiles) del VRAC compareció en Gijón con dos escuadras. En una jornada llena de vicisitudes, percances y nervios, el equipo A Infantil se proclamó segundo clasificado, sólo por detrás del Winbledon inglés cadete (categoría superior), al que se plantó cara en todo momento.
Se derrotó a equipos de nivel como CRC, Gaztedi o Getxo, bien conjuntados y de importante talla física. Además los jugadores se superaron a sí mismos en condiciones difíciles en forma de lluvia constante, campo irregular y lento, múltiples lesiones, partidos estresantes de duración extremadamente corta. Sacaron casta y pundonor por encima de todo y supieron ganar bajo cualquier circunstancia, jugando irregularmente bien y mal, encontraron la manera de resultar competitivos.
El equipo B no consiguió ganar ningún encuentro pero arrancó dos valiosos empates frente a Gijón y El Salvador. Sufrió quizá demasiado con los numerosos cambios provocados por la plaga de lesiones en ambos equipos, lo que acabó por resultar algo desconcertante. Se debe destacar el orgullo demostrado por este equipo que no puso las cosas fáciles a ningún rival.
Por último desde aquí mandar un abrazo y desear una pronta recuperación a William Beaven, el jugador que de entre todos los lesionados se llevó la peor parte al recibir un fuerte golpe en la cabeza que propició que pasara la noche en observación en un hospital Gijonés.
En definitiva, la actuación general de todos los equipos del VRAC Quesos Entrepinares fue muy destacada en una jornada en la que el Campo Las Mestas y el campo de mini rugby del Real Grupo de Cultura Covadonga se convirtieron en auténticos lodazales. Algo que no restó un ápice de entusiasmo y alegría en los jóvenes rugbiers y que nos dejó preciosas instantáneas propiedad de nuestro amigo y colaborador Juan Carlos Rodríguez.