Primero de los rivales de su grupo, compuesto por siete equipos, y del que ascenderán los cuatro primeros al término del curso. De este modo, la meta es subir a una División de Honor B que será remozada y ampliada para la temporada 2014-2015.
No obstante, el propósito principal de este nuevo proyecto de la entidad vallisoletana estriba en el deseo de hacer menos abrupto el salto a División de Honor. Poner una escalera sinuosa en vez de una cuerda suspendida.
Así lo ha explicado Juan Bedate, uno de los técnicos del equipo sub 21. "Queremos que los jugadores mejoren una barbaridad. La técnica individual va a ser una obsesión pero también que los jugadores ganen cuerpo y físico. Prepararles para el salto a División de Honor", ha comentado.
Hay base para ello, pues los técnicos vallisoletanos, que contarán por vez primera con un preparador físico, el jugador de División de Honor Borja Estrada, dispondrán de unos sesenta jugadores que alternarán el equipo sub 21 con el segundo equipo en virtud de sus cualidades y su compromiso.
Los minutos de juego se venderán muy caros y los jóvenes jugadores deberán empezar a pelearlos desde ya, aunque sobre todo en los primeros partidos amistosos programados antes de que dé el pistoletazo de salida el campeonato. Así, el 15 de septiembre se enfrentarán a Ordizia sub 21 en Valladolid, mientras que el 28 del mismo mes harán lo mismo pero ante Oviedo, también en Valladolid.
Primeros test que justipreciarán el nivel del VRAC Quesos Entrepinares sub 21, un bloque que no contará con efectivos mayores de dicha edad y que intentará demostrar allende toda España que la cantera quesera disfruta de una salud envidiable, casi inmejorable.