Vallisoletano, añada del 69, abogado especialista en derecho de educación. Un tipo simpático, divertido, excelente conversador y con gran carisma para hacer amigos allá donde se encuentre. Todo el mundo le conoce por Nacho y así le tratamos en esta breve entrevista.

Nacho tuvo su primer contacto con el deporte del balón oval  en edad universitaria. Cursando Derecho en la Universidad de Valladolid se percató de que muchos de sus amigos eran jugadores de rugby.  Le facilitaron la posibilidad de “correr para adelante pasando hacia atrás” y aceptó el reto. Debutó con la camiseta roja del equipo de Derecho en aquellas ligas entre facultades que eran tan populares a mediados de los 90, el famoso “Trofeo Rector”. Muy mal no debieron portarse con él los rivales en el campo de juego al afirmar convencido que siempre tuvo claro que en caso de tener un hijo le animaría encarecidamente a practicar el rugby. Así fue.

 

Cuéntanos el momento de tu  llegada al VRAC y cómo acabas entrenando a los niños y niñas de la escuela de rugby

Siempre he sido una persona muy colaboradora, con gran interés por  los deportes;  como entrenador de voleibol lo fui del club Lourdes y del equipo femenino de la Universidad de Valladolid tanto en segunda como en primera categoría. Precisamente consiguieron el ascenso cuando yo era su entrenador. También llegué a ser entrenador-ayudante de la selección española junior.

Cuando mi hijo Carlos tuvo edad para inscribirse en la escuela de rugby no dudé en hacerlo en el VRAC Quesos Entrepinares. Tengo mucha relación con el Colegio de Lourdes, institución educativa de la que nace el VRAC y además mi hijo también estudia allí junto a muchos alumnos que a su vez practican el rugby en el club “quesero”.

Al llegar al VRAC, me doy cuenta que en la categoría “Linces” había muchos jugadores inscritos y pocos entrenadores/educadores para satisfacer la enorme demanda. Es entonces cuando me piden colaboración para ayudar a entrenar. No me lo pensé y ese mismo verano acudí a Madrid para obtener el título de entrenador Nivel I. Siempre he considerado muy importante formarse adecuadamente y por eso no he parado de realizar cursos formativos relacionados con el rugby. He obtenido el nivel I y el nivel II de entrenador y el curso de primeros auxilios de Word Rugby (nivel I), todos ellos en la escuela de entrenadores de la F.E.R.

En el Club siempre he entrenado equipos donde no estuviese muy hijo, ya que no he querido agobiarle ni presionarle y creo que ha sido una buena decisión. Ya he entrenado varias categorías (Linces, Jabatos y Prebenjamines) y esta temporada seguiré entrenando a los Sub-10.

 

Has sido uno de los fundadores de la Peña “La Línea”, un grupo de aficionados del VRAC que han revitalizado sensiblemente el apoyo a todos los equipos del club. ¿Cómo surge la Peña?

Como padre era seguidor de los equipos donde jugaban los más “peques” del club. En aquel momento los entrenadores eran Isidoro y Santi Peña. Ellos fueron capaces de crear un ambiente magnífico entre los chavales que rápidamente se extendió al grupo de padres y madres. Al cabo de un tiempo estrechamos la amistad entre nosotros. Nos dimos cuenta que nos sentábamos juntos en los partidos de División de Honor, viajábamos juntos a los torneos en los que participaban nuestros hijos e incluso organizábamos comidas y pequeñas fiestas en torno al rugby. Los partidos del sábado de los niños se convertían para nuestros hijos en fines de semana de hermandad por las actividades que desarrollábamos. Ahí fue donde propuse formalizar estas actividades creando la Peña “La Línea”.

Desde la fundación hemos crecido en número de miembros y en número de actividades. Actualmente seremos unos 150 socios, todos adultos. Hemos realizado actividades de toda índole: un viaje a Valencia para apoyar al primer equipo en la final de Copa del Rey, otro viaje a Escocia para ver un partido del Torneo de las Seis Naciones, dos viajes a Italia para asistir a un Italia-Nueva Zelanda y un Italia-Irlanda, muchas comidas de hermandad (en una de ellas llegamos a los 200 comensales) ¡No paramos!

 

 

Eres un hombre polifacético, también diriges la Fundación VRAC. Cuéntanos cómo se creó este órgano del club y cuáles son sus objetivos:

Nuestro club no podía ser ajeno al enorme potencial y al crecimiento del rugby en Valladolid.  Un día hablé con el Presidente Chema Valentín-Gamazo sobre la necesidad de revitalizar una Fundación que se había creado unos años atrás pero que estaba siendo infrautilizada. Es así como llego a esta institución. Queremos personas que se identifiquen con nuestros valores. Así podremos enfocarlos a la práctica del rugby.

En la Fundación colaboramos estrechamente con algunas instituciones sociales o de voluntariado (Down España, Entreculturas,  El Puente Salud Mental Valladolid, Fundación La Caixa, etc.) y tras estos dos años vamos a revitalizarla aún más porque nos hemos dado cuenta de su enorme valía. Tenemos muchos proyectos por desarrollar y queremos potenciarla al máximo. No dudes que en los próximos meses vais a tener noticias sobre el trabajo que vamos a desarrollar en la Fundación VRAC.

 

Muchas gracias a Nacho Llorente por atender nuestras preguntas y sobre todo por dedicar tantas horas al VRAC.