Sin palabras, llevo pensando casi veinte minutos, cuales podrían ser las palabras para comenzar esta contra. Barajaba varias opciones como: "La copa ya está aquí", " De nuevo campeones", " Triunfo de una Palencia Quesera", y muchas más, …por lo que podéis introducirlo como más os plazca.
Antes de nada, quería ser portavoz de todo el equipo y agradecer a todos vosotros, al frente azulón, a nuestra afición, el apoyo masivo que nos habéis brindado durante toda la temporada pero más si cabe en esta final, comandados por la Peña El Tornillo, los equipos de la cantera, los familiares de jugadores y esos aficionados incondicionales, para los que, como ellos nos dicen, somos casi ídolos…casi. De verdad que ha sido una maravilla y vuelvo a reiterar que sois la mejor afición de España y seguramente de parte del extranjero. GRACIAS. Ahora os seguimos necesitando en las semifinales, y si Dios lo quiere, en la final, ya todo en casa, en Pepe Rojo.
Sobre el partido, comentar los nervios previos al pitido inicial. Los que hayan jugado finales de cualquier disciplina deportiva, sabrán que hasta que no comienza el partido, esos nervios no se quitan. Comenzamos titubeantes ante la gran delantera santanderina, que basó su juego en las melés y las patadas altas para presionar e intentar recuperar el balón. No supimos ajustar bien en las coberturas, ni en las agrupaciones y ellos consiguieron dos ensayos, para poner el 12-0 en el marcador y la tensión en nuestros aficionados, como luego nos hicieron saber.
Al descanso, Merino tomó las riendas del vestuario, movió el banquillo con destreza y el resultado fue el bien conocido vendaval quesero, que unido al desplome físico del equipo cántabro, hizo que la renta al final del partido fuera demasiado amplia respecto a lo visto en el césped.
Comentar la sensación inigualable que experimenté cuando conseguimos el ensayo que nos ponía por delante, por medio de Perico. Miré a nuestra grada y me asaltó un sentimiento de alegría difícilmente explicable. Habíamos remontado un 12-0, ante un gran equipo y además habíamos empezado a jugar como sabemos.
Del final del partido, los cánticos, entrega de medallas, vuelta con la copa, fotos con amigos o familiares, todo fue perfecto. El vestuario era una locura, aunque entrábamos a cuenta gotas y algunos ni llegamos a la comida del tercer tiempo que nos ofrecía la organización ( a la cual también hay que felicitar).
Os contaré cómo preparamos el partido, empezando la semana con ejercicios de contacto donde se notaba la tensión por ganarse el puesto; tras el descanso del miércoles, ya que era día de fiesta y los campos de Pepe Rojo estaban cerrados, entrenamos el jueves la defensa y la melé, para pasar a el viernes con el ataque y cómo poder hacer daño al equipo rival, y conseguir puntos. El sábado hicimos el recorrido que repetiríamos el día del partido, salimos en autobús del Urban Café en Arroyo para llegar a realizar una sesión corta y de perfeccionamiento de touch y pateo a palos, además de ver el estado del campo y ahí llegó una sorpresa para nuestro más novel argentino. La aparición en el entrenamiento del sábado en Palencia del padre de Gabriel Herrera, quién no se esperaba esa visita y se llevó una gran sorpresa quedándose con cara de atónito sobre el mismo césped de La Balastera. El Señor Herrera llegaba ese mismo día a Madrid y se quedará casi un mes por España. Bienvenido a nuestra humilde familia.
Para acabar, reiteraros que sois muy grandes, que este club somos todos y no solo nosotros que somos la cúspide del iceberg, sino desde el niño de categoría Lince recién llegado, hasta la familia del jugador Cadete, o el veterano que vive fuera por trabajo y no puede acudir a todos los partidos que quisiera. Pero de nuevo, gracias, y ahora a seguir que tenemos el objetivo más grande de la temporada.
El próximo fin de semana, nos visita Cajasol Ciencias de Sevilla en el último partido de la liga regular, nos vemos por Pepe Rojo.
Iñigo Ribot Fernández