Y es que los entrenamientos mañana y tarde con la selección española de seven y los viajes largos para competir en las diferentes sedes de las Series Mundiales no le han permitido seguir de cerca la División de Honor. No obstante, recalca que se toparán contra un rival que está "muy fuerte", que ha ido de "menos a más" durante la temporada, que posee "gente peligrosa" y ante el que deben ahuyentar la presión que, a su juicio, coacciona el juego del VRAC Quesos Entrepinares.
Nos lo cuenta vía telefónica desde Madrid e instantes antes de regresar a los entrenamientos con la selección española de seven. Probablemente mañana esté en Valladolid para preparar junto a sus compañeros el importante encuentro del domingo. "Creo que las finales se juegan solas. El equipo que más quiera ganar será el que lo haga", apostilla.
En este sentido, Perico Martín no elude la autocrítica como trasunto hacia la mejoría. "Creo que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. A veces nos enredamos en un juego que no nos viene bien. Ante El Salvador jugamos toda la primera parte como ellos querían. No podemos empecinarnos en jugar en corto y dar cabezazos, sino que tenemos que mover el oval, apostar por nuestro juego", analiza el jugador del VRAC Quesos Entrepinares.
Lo dice sin tapujos, sabedor de que el juego que no le conviene al VRAC aparece cuando la presión, la tensión propia de este tipo de encuentros a cara de perro, emana. Por ello incide en olvidarse de ella, "relajarse" y "disfrutar" sobre la hierba de Pepe Rojo para practicar el juego característico del VRAC y conseguir el triunfo.
Asegura, asimismo, que al término de las semifinales, una vez obrada la victoria, el equipo estaba "muy contento" no sólo por el hecho de clasificarse para la final, sino que también por haberlo realizado en un derbi ante el eterno rival.
Parte del pasado más inmediato. Ahora huelga centrarse en ganar la final, algo que para Perico, sería "fenomenal". "Estoy deseándolo. Es mi club de toda la vida, mi casa. Mientras estoy aquí -en Madrid- no me llegan tanto los nervios, pero cuando esté con los compañeros seguro que se me contagian. A ver si lo conseguimos. El club está haciendo las cosas bien y la afición se lo merece", espeta el jugador del VRAC Quesos Entrepinares y de la selección de seven y, cuando toca, la de quince.
Precisamente, las obligaciones con la selección de seven le han privado de jugar con el VRAC Quesos Entrepinares todo lo que le hubiese gustado, pues en el club y en el equipo le han recibido "con los brazos abiertos", dice, y en un año en el que ha guardado disciplina espartana y que, según desliza, está siendo "muy bonito pero muy duro".
"Muchos entrenamientos, muchos viajes, muchos cambios de horario y despertarte sin saber muy bien dónde estás. Nos hemos conseguido mantener en las series mundiales, que era el objetivo, y en el plano individual creo que he mejorado, aunque cuesta cambiar el chip de seven a quince, sobre todo a la hora de defender", comenta Pedro Martín "Perico", al que aún le queda para las vacaciones que su cuerpo ya empieza a demandar.
Después de la final de Liga, a mediados de junio, la selección de seven inicia el Europeo con la primera de sus tres estadías (las otras dos son en septiembre). Después, a finales de mes, el combinado nacional se desplazará hasta Moscú para participar en el Mundial de la modalidad, para la que el equipo español desea mejorar el undécimo puesto, mejor clasificación histórica del combinado de seven.
"Hemos conseguido mantenernos en las series mundiales cuando mucha gente no apostaba por ello. En el Mundial queremos disfrutar y si se puede mejorar el undécimo puesto, pero nos vamos a encontrar con los mejores del mundo", añade Perico, quien ha regresado esta temporada al club (estuvo un año en el equipo spoirs de Aviron Bayonnais y otro en Ordizia) en el que hizo sus primeros eslaloms ya con ocho años y al que quiere ayudar, pese a que a estas alturas de la temporada no nota la frescura de meses atrás, a sumar un nuevo título a sus vitrinas. Uno que a él, mismamente, le falta.