No obstante, el equipo cántabro se quedó con un hombre menos y el VRAC intentó aprovecharlo. No lo hizo sino que cometió un error que igualó las fuerzas (fue expulsado un jugador quesero) y propició un golpe de castigo y un ensayo para los locales, quienes verían aumentada su renta con dos nuevos golpe de castigo.
Entonces, el equipo quesero se redimió. Acaparó la posesión una vez recuperado al hombre expulsado, aunque sin profundidad, de lo que4 se sirvió el bloque cántabro, gracias a una melé a cinco metros, para conseguir un nuevo ensayo, el cual precedió a una nueva amarilla para el VRAC antes del descanso.
Tras el tiempo de asueto, el VRAC reestructuró sus mimbres y salió con más brío. El viento a favor ayudaba y el equipo vallisoletano rondaba el ensayo. Antes fue un golpe de castigo que redujo la distancia a nueve puntos y bullía la sensación de que la remontada era posible. No obstante, una falta de disciplina desembocó en una tarjeta roja que hacía la tesitura más complicada si cabe a veinte minutos del final.
Pero, increíblemente, el equipo se recompuso y con uno menos, consiguió el ensayo que le daba opción de luchar por la victoria en los últimos minutos. No fue posible. El Independiente tiró de oficio y conservó el balón para dejar el tanteo final en 16-11.
El técnico del VRAC, Juan Bedate, manifestó al respecto de este partido que el conjunto vallisoletano es su "peor enemigo". "Somos capaces de sobreponernos al viento, agua, lesiones, campo y árbitro, pero no somos capaces de mantener la disciplina. los errores en la toma de decisiones, son necesarios, el que no yerra, no aprende, pero el no ser capaz de controlarse, no tiene ni perdón ni justificación. Regalamos 3 puntos, que debieron de ser nuestros", apostilló.