Fue un duelo que se puso más fácil de lo que cabía esperar, dado que quedó visto para sentencia a los veinte minutos de partido, justo cuando los hombres de Jorge Gañán ya había sellado el bonus.
El juego transcurrió en el campo de Moreras, equipo que se mostró incapaz de frenar a un VRAC Quesos Entrepinares imperial, pues dominó todas las facetas del juego, tanto en delantera como en tres cuartos.
A pesar de la latente superioridad, el rival no bajó los brazos en ningún momento y aprovecharon cada balón para intentar avanzar metros. Misión imposible, pues la retaguardia azulona se mostró muy sólida; impermeable y concentrada en su afán por dejar el casillero de puntos encajados a cero, como ocurrió finalmente.