Después de una temporada complicada en su primera vuelta, donde se rozaba el descenso y el casillero de victorias languidecía, el VRAC Sub-18 encontró el objetivo que salvaría su temporada en este final de invierno. Se debía mantener la categoría de la Primera División de Madrid en la segunda vuelta y para ello se necesitaban ganar tres partidos consecutivos nada sencillos: Industriales de las Rozas, Majadahonda y El Salvador. Este último encuentro también valedero para la liga de Castilla y León, y que había acabado con derrota del Entrepinares por dos puntos en el derbi de ida. Se ilustró la situación de la siguiente manera: tres balas para tres blancos. No había lugar para el fallo.

El partido en Las Rozas acabó con victoria quesera por 5-8, en un ensayo tras 12 fases y dos minutos de posesión, un golpe de castigo en el penúltimo minuto y una defensa con el agua al cuello en los últimos 60 segundos. En Majadahonda también hubo tirunfo del VRAC, por 19-29, fraguada en una primera parte donde no se dio tregua al rival.

La semana previa al decisivo partido del sábado contra El Salvador fue la mejor de entrenamientos del año, gracias también a la ayuda de la categoría Infantil, con hasta cinco jugadores convocados para el partido.

La primera parte comenzó con fuerte viento en contra y con una recepción de saque de centro errada que tuvo al VRAC sufriendo a 5 metros de marca durante 10 minutos. Los queseros defendían e incluso recuperaban balones, pero no se conseguía salir . Un balón suelto tras un ruck propició el primer ensayo de El Salvador. 0-5.

A partir de ese momento el resto de la primera mitad el Quesos supo jugar en campo rival, acumulando posesión y robándosela al rival en varias ocasiones. Llegó un castigo chutado a palos que inauguró el marcador del VRAC: 3-5. Poco después, en uno de los mencionados y valientes robos, un balón pescado en un ruck habilitó un rápido contraataque que supuso el primer ensayo transformado. 10-5 con el que se llega al descanso.

La segunda parte fue intensa y emocionante para el numeroso público de Pepe Rojo puesto que se jugó en las cercanías de las ambas zonas de 22. Quizás el Quesos con algo más de posesión, pero sin ganar la batalla del territorio. El Salvador anotó su segundo ensayo primero (10-10), pero más adelante, tras una sucesión de buenas fases, se consiguió ensayar, también con transformación. Supuso el 17-10 con el que acabó el partido y que llevó el júbilo a los canteranos queseros con la satisfacción del trabajo bien hecho y la consecución del objetivo planteado. Un partido durísimo en el que no puede faltar una felicitación a El Salvador cadete.

En el vestuario se escuchó decir que las tres balas restantes se habían convertido en tres certeros y flemáticos disparos acertados.