Un equipo, el Complutense Cisneros que comenzó el partido intentando atravesar la línea maginot quesera, recia y firme en el medio del campo, desde donde empezó a edificar los tres ensayos que anotaría con raudas jugadas a la mano en menos de trece minutos. Javi Ortega, Alex Gutiérrez Muller y Adam Newton culminaron tres buenas jugadas que dejaban el primer partido prácticamente encarrilado.
Más aún con el cuarto ensayo del VRAC Quesos Entrepinares obrado por Adam Newton cuando apremiaba el sibilino tiempo de asueto para cambiar de campo. Tras el descanso, no cesó el reguero de ensayos y el VRAC continuó atravesando como el cuchillo la mantequilla la retaguardia madrileña, cada vez más fatigada y descompuesta. Al final, el marcador se paró en 41-0.
Después llegó el turno del derbi. El plato fuerte de la velada festiva que arrancó con un quince casi completamente diferente al del VRAC y con la batalla desarrollándose en el juego cerrado. De este modo, El Salvador percutió y encajonó a los pupilos de Merino hasta que logró un ensayo de empuje a los doce minutos de partido (5-0). Parcial que no se movería antes del descanso.
En el segundo período, la delantera del VRAC Quesos Entrepinares mejoró y logró arrebatar la posesión a El Salvador merced a su mejor despliegue en las fases estáticas, algo que propició que llegasen buenos ovales a los tres cuartos y el conjunto azulón jugase como le gusta.
Bajo este axioma, y pasado el ecuador de este segundo tiempo, el VRAC Quesos Entrepinares volteó el marcador tras el saque de una touch. El oval recayó en Perico, quien se coló entre los dos centros de El Salvador y asistió para Gareth Griffiths, quien no erró la transformación siguiente y estableció el 5-7 definitivo que otorgaría al VRAC la victoria final en la III edición de este Trofeo a beneficio de la Asociación de Daño Cerebral Adquirido Camino.