Francisco Blanco, alias "Pacote", se fue de Erasmus a Burdeos en la pasada temporada (2010-2011) para proseguir con sus estudios de derecho y movido por el potencial rugbístico de la zona. Se incorporó a la disciplina de los espoirs (sub 23) de la Union Bourdeaux Begles, conjunto que ha ascendido a Top 14. Un destino premeditado que le ha doctorado en lengua francesa y que le ha permitido exprimir una experiencia que, sin lugar ha duda, ha cincelado su madurez.
El rugby le ayudó a hacer muchos amigos, a desenvolverse por si mismo en un país extranjero y a aprender diferentes maneras de enfocar la preparación y los entrenamientos. Enseñanzas que no desdeña, pues tiene claro que le han servido para regresar a su hogar, junto a sus amigos de toda la vida, mucho más curtido.
Ahora se ha incorporado a un nuevo ciclo en el VRAC Quesos Entrepinares. Lo hace como segundo capitán, delfín de un mítico como Manuel Sevillano "Urullo", y al servicio de una plantilla en la que, según atestigua, hay un ambiente espléndido y divertido. Un pilar fundamental para asaltar el objetivo marcado por el club: la conquista de la Liga. "Somos capaces de lo mejor y de lo peor, pero la gente que está jugando está realizando un rugby de mucha calidad", apunta.
Asegura que la derrota ante la Santboiana fue un "batacazo" del que se han repuesto rápido con la victoria copera ante el Iveco Universidade Vigo, la cual les ha hecho encarar el parón navideño con un ánimo superlativo. "Queda poco margen de error. Se puede remontar para llegar al playoff con el factor campo, que es muy importante. El derbi ante el Cetransa El Salvador no lo podemos perder (próximo 8 de enero)", matiza.
Hoy, lunes 2, empieza a preparar junto al resto de sus compañeros este trascendental encuentro, no sólo por la sempiterna rivalidad, sino que también por la necesidad de no pinchar más y mantener opciones de acabar el campeonato regular en el primer puesto de la clasificación.
Un día en el que volverá al tajo, como el resto de sus compañeros y su hermano, Alberto Blanco, alias "Tuco", con el que guarda una complicidad extrema, sanguínea, dentro del terreno de juego. "Es una pasada", desliza el mayor de la saga, quien no vacila a la hora de reconocer que es el compañero con el que mejor se entiende del plantel.
"Le intentaba arropar cuando él empezaba, pero ahora es él el que me arropa a mi", bromea Francisco Blanco, quien compagina sus estudios de Derecho con el gimnasio y los entrenamientos, pese a la dificultad que a su juicio entraña. Actividades que limitan sus otras dos aficiones favoritas: esquiar y viajar.
No obstante, reconoce que se divierte muchísimo jugando al rugby y más en el VRAC Quesos Entrepinares, el club que ha amamantado sus cualidades y que le ha convertido en lo que es hoy, un luchador nato que disfruta defendiendo sus colores de toda la vida junto a los suyos. Este sábado, será una buena oportunidad para que lo vuelva a hacer en un partido que espera, a sus 23 años, jugar muchas veces.
Condiciones tiene para ello este pilier "made in Valladolid", al que no le asusta la arena y que tiene claro que siempre "hay que saber sobreponerse de los baches" por muy hondos y profundos que sean. Lecciones para un futuro, un 2012, que él, sin lugar a duda, quiere teñir de un azulón festivo a base de títulos.
¡Alea jacta est!