Trabajan con todo tipo de sectores, desde el del automóvil hasta el de la alimentación, a los que suministran motores, válvulas, tornillos… No obstante, admite con amargura el daño que ha hecho la crisis económica y financiera, sobre todo a un sector estratégico que hoy en día está tan parado como un avión de mármol.

Antes de la crisis "muchos" de sus clientes "fuertes" eran de la construcción. Ahora, este sector no tiene ningún tipo de movimiento. Edificios desnudos con hormigoneras harapientas anexas. Si las hay. "Sabíamos cuando comenzamos que era un momento difícil. Ya notamos en el sector de la automoción, el cual ahora parece que resurge, los primeros síntomas, ya que siempre se notan antes. Confiamos mucho en nosotros mismos y ahora hay que tirarse todos los días a la piscina e intentar llegar todos los días a la orilla. Mal no nos va, pero nos cuesta mucho esfuerzo", apunta José Antonio Alonso, propietario de JSI, empresa que tiene su nave (500 metros cuadrado) en el polígono industrial San Cristobal y que en el 2012 facturó cerca de un millón de euros.

Ello gracias a la "fidelidad" de buenos e importantes clientes y amigos como Visteon, Cartonajes Internacionales, RKD Riegos o Helios. No obstante, José Antonio Alonso lamenta con un tono que suena a hastío y exasperación que grandes multinacionales ubicadas en Valladolid pongan la alfombra roja a suministradores industriales de otras comunidades autónomas y países y haga el vacío a las locales. "Nos ponen muchas trabas. Es desesperante y triste, propio de esta tierra nuestra de caciques", desliza.

De ahí que se esté decidiendo a exportar. Ha comenzado a establecer contactos en Tánger (Marruecos) con el objetivo de abrir nuevas vías de negocio y ofrecer a nuevos clientes las virtudes que, en Valladolid, permiten que su empresa no claudique. No lo hará pues siguen una máxima fundamental en esta vida, y más en los tiempos que corren. "Renovarse o morir", anota.

Valores añadidos que desprende sin tapujos y sin sacar pecho: "El servicio, la experiencia y la información que damos sobre el mismo. Somos respetuosos con el cliente. Absorbemos el problema y le damos solución de forma inmediata y a bajo coste, algo que el cliente nota enseguida y agradece. Despachar lo hace cualquiera", explica.

También le cuestionamos sobre como cree que se paliaría esta endémica, "desesperante" y "lamentable" situación. De primeras, rechaza hablar de política, pero señala que "no hay buenos gestores" y que se es "más serio" fuera de España. "Tenemos que ser más humildes y conocer de verdad este país. Es la situación más difícil que he visto", añado José Antonio Alonso, alma máter de JSI, y que cuenta con otros cinco empleados, la mayoría de ellos familiares directos.

Entre ellos su hijo, Héctor Alonso, jugador del VRAC Quesos Entrepinares B y sobrino de Benjamín Pardo, ex jugador del primer equipo. Vínculos que le han llevado a integrarse en la nómina de patrocinadores de la entidad quesera desde hace tres años. "Menos mal que no le dio a mi hijo por hacerse piloto de Fórmula Uno", bromea antes de desgranar los motivos por los que le apasiona el deporte ovalado hasta el punto de que se puede llegar a ver tres partidos al fin de semana.

"Yo soy anti-fútbol y en este deporte no se ve la mafia del fútbol. El rugby es un deporte duro pero tiene un muy buen ambiente, de camaradería, de amistad y respeto. Inculca un comportamiento distinto, más humano", sentencia José Antonio Alonso con palabras que denotan que el néctar del oval le embriagó tiempo atrás. Seducción eterna, sin lugar a duda.