Sergio Fernández "Mini" no se dejó la "electricidad" que le caracteriza en el verde de Pepe Rojo y fue el que más espectáculo brindó con sus amagos y giros que volvieron loco a la revoltosa vaquilla. ¡Torero, torero! -le gritaban-. Tampoco se quedaron a la zaga Teto, Rodrigo, Adam Newton o Julio López, con ganas de dejar su impronta.
Entretanto, los chorizos y costillares iban saliendo a la bandeja y los más avezados, aturdidos por el olor, se encaramaban a la parrilla para aplacar su hambre. Tónica que seguiría con el resto, que se vio obligado a resguardarse en la zona tapada de la finca, donde los Bloody Mary afinaban sus instrumentos y se preparaban para animar al personal.
La lluvia apareció en escena y hubo que trazar un plan maestro para evitar que la suculenta comida que restaba por cocinarse no se viese dañada por las persistentes gotas que empezaban a caer. En seguida se montó una carpa y los miembros de la familia del VRAC que se congregaron en el embriagador paraje pudieron llenar sus estómagos antes de bailar y cantar hasta que el cuerpo aguantó con los acordes rockeros de los Bloody Mary.