La experiencia es su mejor aval. Sus espaldas sustentan veinte años de inefable compromiso con el oval y con el color azulón de su club de toda la vida, el cual cree que viene haciendo las cosas "muy bien" y cuyo primer equipo, el cual comanda, viene realizando un juego que raya el notable a pesar de que le quedan "cosas por pulir".

Tan sólo un punto "negro", asegura. La derrota ante El Cetransa El Salvador escoció como un baño de ortigas, pero, sin lugar a duda, el equipo ha sabido redimirse. "Los resultados están siendo muy buenos y el juego también. Sobre todo le doy importancia a la victoria ante La Vila, un candidato a todo", apunta.

Un triunfo reivindicativo que, en su opinión, estampó la candidatura del VRAC Quesos Entrepinares en las quinielas rugbísticas patrias. "En esta liga es muy difícil ganar fuera, donde se demuestra el nivel", expresa "Urullo", quien viene detectando un "un muy buen ambiente" en el seno del vestuario de Pepe Rojo.

"Cuando los resultados acompañan siempre todo es más fácil y la moral está alta. Todo va como una balsa. En el vestuario hay buen ambiente. El bloque es bastante parecido al de la pasada temporada, lo cual ayuda bastante", asevera "Urullo", quien estima que el equipo ha dado un salto de calidad con los fichajes efectuados en una época en la que el resto de los clubes "van para abajo en ese aspecto".

De hecho, subraya que la Junta Directiva del VRAC Quesos Entrepinares viene realizando "una muy buena gestión" para permitirse el lujo de contar con jugadores como el apertura neozelandés Daniel Waenga, "una promesa confirmada que está destacando".

También destaca el papel de los jóvenes jugadores de la casa que han saltado al ruedo en esta presente campaña, como es el caso de Alejandro López-Francos, u otros que ya venían abriéndose hueco como Álvaro Abril.

Acerca del partido de mañana, ante el Bizkaia Gernika (16,00 horas, campo de Urbieta), "Urullo" reconoce que es "una incógnita", pues se ha renovado "bastante". No obstante, tiene claro que será "un rival muy duro" al que ha empaquetado en el grupo de candidatos al título junto a Santboiana, Ordizia y, como no, el VRAC Quesos Entrepinares.

Una cita en la que "Urullo" intentará aportar desde la posición de medio-melé, si "Canas" le incluye en el quince titular y confía en su saber estar sobre el verde desde que, con 13 años, descubriese el rugby en el colegio San Agustín tras "probar todos los deportes", indica.

Ahora, tras la marcha de Fernando de la Calle ha recogido el testigo de la capitanía, una responsabilidad que nota y de la que recela en cierta medida. "Sé que soy un capitán de paso, de circunstancias. Esperemos que llegue pronto una figura tipo Calle", manifiesta "Urullo", quien, de momento, no piensa en la retirada.

"Está claro que trabajar y entrenar a este nivel es duro. Requiere de mucho esfuerzo todos los días", afirma "Urullo", al que, por contra, le sigue picando con virulencia el gusanillo competitivo pese a las complicaciones que el trabajo de comercial le presenta. Sin lugar a duda, tiene cuerda para rato.