"Han sido muchos años. He visto crecer a muchas generaciones. Es increíble y estoy muy contento", afirmó Michel, quien dejó claro que en días como el de ayer convenía acordarse de la gente que falta, como Hermosilla.
Reconoció que han sido muchísimas las anécdotas y que los niños, como no, le han dado un poco de guerra, "como todos". "Los chavales se tienen que mover pero hay que llevarles un poco al redil. Lo lógico", manifestó Michel, quien detalló, además, que no sólo ha sido conductor, confidente, amigo y segundo padre de las diferentes hornadas del VRAC, sino que, además, ha hecho de masajista, médico improvisado y delegado del club.
Su impronta en jugadores y entrenadores es tan amplia como el compromiso férreo que ha guardado para con la entidad, a la que sigue por internet, dado que admitió que lo pasa muy mal cada vez que acude a Pepe Rojo.
No obstante, para calibrar cuál ha sido el inmenso poso dejado por Michel en el club, el cual sigue, como no podía ser de otra manera, su casa, les dejamos unas líneas escritas con mucho mimo y cariño por Miguel Velasco "Miguelón", director Deportivo del VRAC. Hasta siempre Michel…
"Michel es un amigo que no deja indiferente a ningún jugador del club a lo largo de toda su historia y no es una exageración cuando digo toda la historia del club, 25 años. A cualquier jugador que le nombres a Michel enseguida esbozará una sonrisa que conlleva un recuerdo, y unas cuantas anécdotas le vendrán como un torbellino a su corazón.
Con Michel nada es normal y cotidiano. Enseguida se calienta cuando ve un comportamiento de algún chaval que falta las normas elementales de la educación y nos pone al orden a todos los responsables.
Cabreado por la situación actual del país, contrasta con unas ganas de reirse y de disfrutar en cuanto nos ve. Le hemos visto llorar un puñado de veces porque ante todo es un sentimental.
La relación con Michel es como la de un buen castellano, va creciendo con el tiempo. Cuando eres un chavalín en dos segundos ya sabes quién manda en el viaje, enseguida con una voz fuerte y directa deja clara la situación. Según van pasando los meses ves con incredulidad – y ahora lo recuerdo con admiración- cómo antes de un partido importante se metía dentro del vestuario arengar a los jugadores ante la próxima batalla, emocionarse como un "hooligan", saltar al campo ante las victorias y mostrarse abatido como el que más en la derrota.
Pero lo que realmente define a Michel es que siempre se emociona y que te hace vivir todos estos momentos de una forma intensa, te da un beso, te da un abrazo, te llama hijo, te dice lo que te quiere y siempre unas lágrimas humedecen sus ojos.
Así Michel pasa de ser al principio como un Padre estricto, a ser un amigo imprescindible en tu vida, que en los mejores y peores momentos que nos toca vivir, deseas que aparezca, te llame hijo y te dé un abrazo con los ojos humedecidos".