Historias que convergen, casualmente, en Valladolid, en el VRAC Quesos Entrepinares, y veinte años más tarde. Se han sanado "muchos golpes" desde entonces, como dice Lisandro Arbizu, quien, en los momentos de "inspiración", hilvana los "destellos del destino", cuyos designios, pueden explicar (o no) su aterrizaje en España, en el VRAC. "A veces, las cosas ocurren cuando menos te lo propones", añade.

Los ojos se le empañan cuando rememora y empieza a tejer esos fogonazos. Una historia por aquel entonces "surrealista pero real" que jamás imaginó guardaría un vínculo tan emotivo precisamente hoy, casi veinte años después.

Con 18 años fue convocado por vez primera con los Pumas, donde se vio jugando con "ídolos" como Hugo Porta en su tour de despedida. Tres años más tarde, con 21, asumió la capitanía de la selección argentina cuando había en el equipo otros pesos pesados, como Cuesta Silva, que podrían haberla agarrado. Todavía sigue siendo el capitán más joven de la historia de Argentina y cuando recuerda aquel momento no esconde la estupefacción que sintió. "Supongo que el seleccionador vería mis cualidades deportivas y humanas", asevera.

Ocurrió en Buenos Aires, en el estadio de Vélez Sársfield y el 26 de noviembre de 1992, casualmente contra España, el XV del León, que acometió una gira de cuatro encuentros en los que sobresalió el jugador del VRAC José Ángel Hermosilla, nombrado mejor jugador español de la gira. Anotó un ensayo en los cuatro partidos íntegros que disputó, pero éste no llegó ante el conjunto albiceleste, que derrotó a España por 38-10 con una marca del flamante capitán, Lisandro Arbizu.

El que sí anotaría un ensayo al equipo comandado por el actual entrenador del VRAC Quesos Entrepinares sería Fernando de la Calle, otro mito del club que, como Liso, se conserva en formol. Fue en el siguiente duelo entre argentinos y españoles, aunque éste se produjo un mes y un día después, en Madrid, en la Central, a colación de una exitosa gira europea de los Pumas, culminada con su primera victoria ante Francia, para más "inri" en territorio galo, en Nantes, por 20-24.

No obstante, España se lo puso muy difícil, también con Hermosilla como estilete. "A punto estuvimos de ganarles (34-43)", recuerda Calle, quien marcó un ensayo a base de "cabezazos" en su debut con España y en un choque en el que también se enfrentó a Arbizu. En dicha contienda no "mojó", pero fue el comienzo de una tournée de ocho partidos (Rumanía, España, Francia y otros combinados galos) en los que fue el único que no probó la textura del banquillo.

Ahora Calle, un año mayor que su actual entrenador y compañero, ha retornado al equipo del que ha sido tantas veces emblema para estar a las órdenes de uno de sus primeros adversarios con la selección española. "El mundo es un pañuelo", apostilla el "inmortal" (no ha hecho un pacto con el diablo pero casi) capitán, quien, tras el contacto de las primeras jornadas de entrenamiento, desprende que Arbizu es "un tío de 10".

Los dos homenajearán mañana al querido y añorado José Ángel Hermosilla en el que será el primer partido de Lisandro Arbizu como entrenador del VRAC Quesos Entrepinares. Enfrente estará el Universidade Vigo, pero el técnico y jugador del equipo no piensa en el contrincante, sino "en prepararse por uno mismo".

"Lo que deseo de este partido es encontrarme con mi equipo en acción. Desde que empezamos el trabajo ha sido sobre todo físico. Con el oval hicimos poco pero para eso están estos partidos, para ir conjuntando y rodando el equipo", sentencia Liso, quien inicia mañana la que puede ser otra bella historia de rugby.