El VRAC C, juvenil, viajó a Burgos con numerosas bajas entre lesionados, jugadores inmersos en plenos exámenes y otros convocados con el equipo de División de Honor. Aún así, el conjunto que dirige Juan Bedate no se complicó y a base de posesión, paciencia y buena defensa doblegó a un difícil contrincante que se alimentó en el tanteo de errores queseros. Sólo le queda un partido ante Aranda antes del playoff en el que tendrán oportunidad de demostrar sus habilidades los jugadores menos habituales.
Por su parte, el VRAC B vapuleó al cuadro salmantino en un buen partido de los de Pino en el que jugadores como Íñigo Ribot (delantero) sorprendió jugando en un puesto inusual como el de apertura. A algún otro delantero más le tocó jugar en la zona de tres cuartos. Así, el equipo se mostró impenetrable en defensa y avasallador en ataque. Suficiente como para lograr un marcador de escándalo antes de encarar las últimas dos jornadas del campeonato y con nueve puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, El Salvador C, equipo que cuenta con un partido más.