Después de un largo día, me siento a las diez de la noche a escribir estas líneas, me recorren sentimientos de amargura, desazón y tristeza por el desastre de partido que hemos disputado hoy. Sé que es deporte, que alguna vez hay días malos, que no siempre se gana y todas esas cosas, pero no me vale, porque creo que no hemos competido, que no nos hemos puesto enfrente. Bueno, sí, sólo cuando hemos estado en inferioridad numérica pero no ha sido suficiente.
Nos plantábamos en un día especial, día de derbi, de los que apetece jugar, de los que se recuerdan, llegábamos ilusionados, con un bien trabajo semanal y con el ánimo por todo lo alto. Calentamos bien en una mañana de frío otoñal en Valladolid y salimos a por todas.
El análisis que puedo hacer es que nos superaron, sobretodo en conocimiento de cómo jugar con árbitros españoles, y no se entienda mal, no es una crítica a este colectivo, sino que cada árbitro tiene una manera de pitar y si no te adaptas, acabas como nosotros, con tres expulsados y un sinfín de castigos que nos lastraron.
Claro que nosotros tenemos culpa, muchísima, por no adaptarnos, por salir con menos intensidad y ganas de ganar que ellos y por cometer esos castigos tontos, además de fallar placajes y cosas entrenadas.
Desde aquí también quería exculpar al cuerpo técnico, a Merino, Bertoni, Samuel e Iñaki, porque creo que ellos nos han dado las claves para conseguir el triunfo y no lo hemos hecho.
Creo que nos queda mucho trabajo por hacer, muchos entrenamientos hasta que se decida todo en Mayo-Junio, y vamos a luchar por todo, de eso que nadie tenga duda.
Somos el VRAC Quesos Entrepinares, que nadie nos dé por muertos porque tenemos mucha tela que cortar.